13 de febrero de 2014

Me encanta mi hogar

Me encanta mi hogar, esta casita linda. Ella junto con nosotros evoluciona, sus rincones, sus olores, sus luces y sus sombras. Me encanta la luz que entra cerca de las 5 de la tarde por la ventana del baño es tan blanca y cálida. Nuestro hogar cambia de aromas conforme las temporadas cambian y las personas que la habitan también. Cuando Hans y yo empezamos a vivir juntos, la casa olía a nosotros a perfume, a incienso, estaba distribuida para dos adultos. Nació Libi y la casa empezó a oler a bebe, a leche materna, había pañales por la casa, había ropa de bebe y de los tendederos colgaban pequeñas ropitas tejidas por mi mm, chambritas y pantalones, pañaleros y calcetincitos. Libi empieza a crecer y ya había juguetes por toda la casa, a veces hasta tropezabamos con ellos, sonajas, muñequitos, ositos y obras de arte hechas por ella. Libi sigue creciendo y poco a poco los pañales empiezan a desaparecer. Después llega Irith y la casa se empieza a llenar de ese olor a bebe recién nacido, a miel, a leche materna a pipis de bebé con riñón nuevo. Ya hay un bebe y una niñita de tres años, la casa sigue cambiando ya son las cosas de Libi e Irith, volvemos a tender ropita como de muñeca, otra vez hay pañales por la casa. Mis hijas siguen creciendo y la casa se llena de juguetes de niña y también de bebe. Ahora no hay pañales las dos controlan esfínteres, ahora hay dos niñas que juegan. La comida es casi la misma para toda la familia. Ya nadie se interesa por las sonajas de papel, ya no hay pañaleros que colgar, ahora solamente camisetas y calzones. Después ya no habrá juguetes en el baño, habrá perfumes y champús para señoritas y el champú mustela va a desaparecer. Amo oler, ver, sentir cómo evoluciona la vida…la vida dentro de mi hogar, hasta en las cosas más pequeñas

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