21 de junio de 2015

Poema: Mi cuerpo es mio de Ofelia Murrieta.


El terrorismo corporal y la ausencia
han llenado mis últimos días.
sólo ojos, manos fugaces, cuerpo hecho añicos
cuerpo prostituido, mutilado, dividido. separado.
Cuerpo que colma el abismo del deseo
cuerpo mío que añora, disfruta y goza
los placeres del orgasmo.
Llevo contigo una relación de malvivencia
te habito y me llenas
y en grandes ocasiones, te niego y te rechazo.
Me pides urgentemente una caricia
y te doy un baño de agua fría.
Te doy las caricias anheladas
y recuerdas otros brazos y me niegas.
Cuerpo mío, envoltura carnal de mi alma
alma carnal de mi envoltura espiritual;
¿Dónde está el límite?
....Ay es que aún sigo creyendo que hay un límite?
Pantalón levi´s y formas femeninas
ocultan mis deseos.
Traje a rayas, corbata color vino
atrapan y encarcelan
cualquier impulso a la caricia.
Falda al vuelo, que provoca y rechaza
con su ritmo.
Cuerpo mío de cada día
cuerpo mío enajenado
cuerpo mío delincuente
que anhela lo que no se acepta.
Cuerpo mío
cuerpo del delito.
cargo con mi cuerpo y con mi culpa social;
no la mía
la mía personal;
de ésa me libero y te libero
cuerpo mío encarcelado.
Rompe los barrotes....salte....vete libre...
corre...no te detengas; ni el médico...ni el cura...
ni tu padre... ni el gobierno te limiten.
Cuerpo mío
campo de observación
parturienta, como cheque al portador
prostituta, placer del pago
sin derecho al erotismo;
Madre abnegada, negada y alejada del deseo.
Que lejos estoy de mi cuerpo
y sin embargo
cómo me hace falta su compañía.
Me miro al espejo y me desconozco
pero aún conservo la esperanza.
Mi cuerpo es mío.
Mi cuerpo, es mío.
Mío es mi cuerpo;
no es de la sociedad
que me lo ha ido ablandando,
ni de mi pareja
que se ha gozado en él.
No es de mi madre; que lo lavó
besó, enjugó y reprimió más de una vez;
no es de mis hijos que comieron, jugaron
y disfrutaron con él.
No es de la iglesia....ni de la calle...
ni de la cárcel...
ni de mi padre que no supo, no quiso,
o no pudo saber de su existencia.
Mi cuerpo es mío.
Mío con su soledad y con su promesa de compañía.
Mío inhibido y flagelado
Mío gozado, disfrutado, erotizado.
Mío para llevarlo como bandera, ondeando
por la plaza.
Mío para disfrutar del viento
el vino y las caricias;
En fin, saben:
¡Mi cuerpo, es mío!