Hace poco leí de un chavo que es cantante y estuvo a punto de suicidarse y ya en plena recuperación dijo “Yo solo quiero ser feliz, no millonario”. Me lo puedo imaginar al borde de la muerte por no encontrar una razón para vivir, por no sentir felicidad.
Mientras trabajaba en la creación del Údu, al principio en mi mente retumbaba la palabra amor, amor, amor, después me llego el recuerdo de este chavo y pensé que la felicidad no significa estar riendo todo el tiempo, ser feliz para mi es estar en mi centro, tener proyectos de vida, encontrarme en el silencio, verme a través de los ojos de quien amo, soñar despierta, enamorarme de la vida, descansar, leer, reir, jugar, saber lo que quiero (o más bien intuir), escuchar los mensajes del espíritu, amar y respetar mis relaciones, estar agradecida, disfrutar la compañía de mis amigas, saberme sostenida por algo superior a mí. Yo solo quiero ser feliz, no sentir envidia, no desear lo que no tengo por la flojera que me ha dado trabajar por ello. Saber que donde estoy es donde quiero y tengo que estar. Amar a mi cuerpo sabio y mágico, hacer mi vocación (o cumplir con ella), cumplir con mis propósitos del día, agradecer por todo, casarme con la Diosa
En esa misma sesión de údu una amiga compartió que su esposo le dijo que su error había sido “poner todos los huevos en una canasta” y lo entendí tan bien, lo que él quería decir es que había puesto toda su felicidad en la relación con mi amiga y que eso no estaba bien, mi amiga confiesa que eso fue doloroso, pero también la relajo mucho, porque es mucha responsabilidad saber que el bienestar del otro está en tus manos.
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